lunes, 18 de noviembre de 2019

Videoarte

Vamos a hablar hoy del videoarte. Ambas palabras que forman esta palabra las conocemos, pero si la unimos, ¿qué significa "videoarte"?


El arte que emplea la tecnología está siempre vinculado a la era de la información en la que nos encontramos y el videoarte es una de sus ramas con mejor salud, al menos en cuanto a grado de utilización y además, una de las más crípticas para el público general.

Muchos expertos hacen coincidir los inicios del videoarte con la salida al mercado, en los años sesenta, de las cámaras portátiles de vídeo Sony en Estados Unidos, cuyo uso permitía tanto plantear como aprovechar múltiples aspectos del lenguaje del movimiento: la velocidad, la superposición de imágenes... Aunque si es cierto que ese empleo del vídeo y de los televisores como materia prima creativa es una manifestación más del carácter experimental del arte contemporáneo, de la búsqueda continua de nuevas formas de expresión.
El videoarte trae consigo diferentes tipos según los objetivos buscados por los videoartistas, vamos a diferenciarlos para después hablar de algunos autores importantes. 


La vídeo-acción, que se relaciona con las perfomances realizadas ante el público, haciendo que este tipo de videoarte pueda documentarse.

En el vídeo que veis a vuestra derecha, podréis ver cómo unos alumnos de 3º de la ESO del colegio Nazaret Oporto realizan un taller de video-acción que busca tomar conciencia del momento y del lugar en el que vivimos.








- El vídeo experimental que trata de indagar en el lenguaje propio de la imagen en movimiento y sus características expresivas y formales. En los años sesenta presentó una importante vertiente crítica en lo social y político, dando lugar a imágenes con intencionalidad estética y contenido reivindicativo. Se emitían en cadenas estadounidenses,a menudo locales, enfrentándose al sistema comercial de las televisiones privadas.
Este video ha sido creado por un usuario de YouTube, y está creado durante un trayecto en tren.




La videoinstalación o videoescultura se sirve de la televisión como material de elaboración, como sus términos anuncian, de instalaciones y esculturas. El caso más evidente de este tipo de empleo de la tecnología lo encontramos en Nam June Paik. 










Este hombre fue pionero en el uso y manipulación del vídeo, del monitor de televisión y también de la radio como objetos escultórico. En dichas "esculturas", cada monitor ofrece una imagen de vídeo previamente decidida y manipulada por el artista. Si en Junla de Vídeo (1977) se refirió a los televisores como elemento integrante de cualquier entorno, su obra Autopista eléctrica está compuesta por una serie de canales ultrrápidos. Colocó el vídeo-panel que los contenía contra una pared. tomando como referencia la disposición de los televisores en las tiendas, y ofreció en ellos series de imágenes rápidas llenas de acción y color y vinculadas a conflictos bélicos. Los aparatos, en baldas a distitntas alturas y acompañados de tubos de neón de colores, formaban el mapa de Estados Unidos. 

Nam June Palk. Autopista eléctrica. 
Este hombre colaboró con Wolf Vostell quien, delante del público y coincidiendo con el desarrollo del accionismo, martilleaba y ensuciaba televisores para tratar de hacer una representación burlesca de la relación de dependencia de tantos espectadores hacia esos aparatos y del poder que habían adquirido. Planteaba una reconsideración de los valores que transmitían.
Después llegó el TV College, con lo que empezó a envolver televisores con capas superpuestas de papel.

Bill Viola, que también trabajó en los setenta, es autor de vídeos experimentales con tratamiento plástico y su trabajo parte de la música. Le interesa la historia de la pintura, sobretodo la del Renacimiento y el Barroco, y la idea de retablo formado por imágenes que componen narraciones. 

Bill Viola. Emergence, 2002. 
El proyecto The Crossing (1996) se compuso de pantallas de gran tamaño dispuestas en una sala oscura. Abordó aquí la relación de la humanidad con el agua y el fuego, acompañando las imágenes con el sonido de esos elementos. Al principios, el hombre se acerca desde lejos y poco a poco se va viendo cubierto por las llamas, pero nunca manifiesta sensación de dolor. Finalmente desaparece, y lo mismo ocurre cuando se acerca al agua. En la sala de proyección solo hay oscuridad, la luz procede únicamente de las pantallas, creando una sensación envolvente. 

También plasma en vídeos, visiones en movimiento de hechos religiosos frecuentes en la pintura renacentista y barroca en los que las acciones discurren muy lentamente, siendo el caso de Emergence (2002). La Virgen y Mª Magadalena aparecen ayudando a sacar el cuerpo blanco de Cristo de una pila con agua, tras verlo emerger (de ahí el título) y cubriéndolo. Esta obra contrasta de manera intencionada con las imágenes rápidas y fragmentadas que suelen ofrecernos las pantallas y su elaboración requiere una labor de dirección actoral, por lo que podemos relacionar este tipo de propuestas con el teatro. 


Tony Oursler, en Crying Doll (1993), creó un juego siniestro proyectando caras en movimiento sobre objetos diversos, como bolas de plástico o muñecas. En Criminal Eye (1996-1997) mostró directamente los instrumentos con los que realizaba las proyecciones. A veces se muestra deliberadamente perverso, otras no tanto. Esa sensación inquietante deriva de la combinación de objeto estático e imagen en movimiento que le da forma y expresión; nos encontramos ante una posibilidad expresiva del videoarte muy explotada por este autor. 









Antoni Muntadas, por su parte, trabaja a veces en una gran pantalla reflexionando sobre el lenguaje y los gestos autoritarios. Enfoca siempre gestos manuales que permiten descubrir el contenido del discurso del personaje protagonista, incidiendo en los vínculos entre lenguaje y poder, en el significado de las palabras y sus posibles deformaciones o en el control que con ellas se puede ejercer. 







Y por último, destacamos a Antoni Abad, con Últimos deseos (1995) donde observamos un hombre colgado de una cuerda vista desde abajo. Se fuerza plástica alude a nuestra vida en la cuerda floja.



No hay comentarios:

Publicar un comentario