El Mail Art o arte postal es una
forma de expresión artística que consiste en la total libertad de intercambio
de cualquier documento u objeto que pueda ser puesto en circulación a través de
los servicios postales. El objetivo del Mail Art es la comunicación y lo que lo
hace realmente sugerente es la libertad de maniobra sin precedentes en el mundo
del arte. El mail-artista pone en circulación y acepta todo aquello que le
pueda resultar adecuado, todo objeto susceptible de ser artístico.
El Mail Art, o arte por correo, es una
manifestación artística relativamente reciente y poco conocida. Aunque su
historia contenga ya casi 50 años y tenga una presencia mundial (desde China a
EE o Brasil y Argentina, pasando por Europa, Tailandia, etc.)
A finales de los años
cincuenta, el artista Ray Johnson empezó a enviar a sus amigos y colegas una
serie de misivas con la siguiente solicitud: "Completar y devolver, por
favor". Esta correspondencia consistía en recortes de periódicos
retocados, dibujos con instrucciones, postales o fragmentos de collages. Se
iniciaba así lo que más tarde se daría a conocer como mail art o arte postal. Y
con ello Ray Johnson creaba un sistema propio y alternativo para la difusión de
su obra, que ponía en entredicho conceptos como el de institución museística y
se oponía a la idea burguesa del arte como obra acabada, propiedad privada y
valor comercial.
La red del arte
postal se hizo popular durante los años sesenta y setenta, cuando los artistas
Pop y Fluxus, quienes proclamaban la democratización del arte y rechazaban su
manipulación por los círculos comerciales, se apropiaron de este vigoroso medio
de comunicación y lo agotaron entre cientos de participantes de todo el mundo.
La intención de un
verdadero artista postal es expresar sin obstáculos sus ideas por correo, jugar
con el humor, la ironía y los caprichos del destino, en colaboración con el
cartero que termina las piezas con su matasellos.
Su éxito consiste en
la libertad de acción ya que se escapa de reglas, censura y de las limitaciones
que impone el mercado, ya que el arte postal en general no se pone a la venta.
Simplemente se trata de corresponder a quienes nos envían mensajes.
Cualquier persona
interesada puede lanzar una convocatoria; además no hay jurados, selección,
censura, ni devolución de piezas; no se evalúan los logros técnicos, el estilo,
las técnicas, formatos o materiales y tampoco se limita el género artístico, que
puede ser musical, plástico, literario.
Cualquiera que sea su
forma, lo esencial es cumplir con el deseo humano de la “eterna comunicación” a
la que aspiran los iniciados de esta comunidad.
Hoy en día, aunque
sigue siendo poco conocido, tiene cierta vigencia entre aquellos artistas que
siguen estableciendo corrientes de comunicación lejos del arte oficial, en el
que prima la libertad artística y en las que sobresalen convocatorias
reivindicativas y relacionadas con los derechos humanos y la justicia social.
Pero todo, con la ayuda de los servicios de correos, que incluso han organizado
en los dos últimos años un par de convocatorias.
El hecho de que los
artistas utilicen este medio de transporte condiciona las características del
objeto a enviar convirtiendo al canal en parte integrante del proceso
artístico.
Ambos aspectos, arte
y comunicación, se funden en el envío postal y las compañías de correos se
vuelven partícipes del proceso.
Para poner en valor
las obras artísticas que circulan a través de la vía postal, el Grupo Correos se puso en marcha la I Convocatoria Internacional de
Mail Art Grupo Correos, a la que se invitó a participar
a todos los artistas que practican esta disciplina y a todos aquellos que
quisieron incorporarse a la iniciativa y participar en esta forma de
comunicación artística.
El llamamiento a la
participación en esta I Convocatoria se realizó a través de obras artísticas
creadas para la ocasión por personas con trastornos del espectro del autismo,
miembros de la asociación ASPANAES, con el fin de ayudar a la
reflexión e implicación de la sociedad con este colectivo.
Las obras de
convocatoria se enviaron a más de 500 artistas internacionales a los que se
pidió su participación. Las respuestas recibidas se pueden ver en la galería de
esta página web y en una Exposición que recorrerá las principales oficinas de
Correos de toda España.
El “Mail Art” o arte postal es
una forma de expresión artística que consiste en la total libertad de
intercambio de cualquier documento u objeto artístico que pueda circular a
través de los servicios postales y que tiene como único objetivo la comunicación.
A través de este certamen, CORREOS pretende poner en valor las obras de arte
postal y difundir en nuestro país esta corriente artística internacional nacida
en los años 50 para establecer corrientes de comunicación alternativas a los
circuitos oficiales de arte.
Reconocidos artistas
La exposición consta de 288 obras
de diferentes mailartistas nacionales e internacionales procedentes de 28
países como Japón, Rusia, Estados Unidos, Brasil, Canadá o Australia. Entre
ellas destacan las obras de reconocidos artistas como el japonés Ryosuke Cohen,
creador del proyecto “Brain Cell”; el berlinés Eberhard Janke o la rusa
Tatiana Makarova. Dentro del ámbito nacional, la participación también ha sido
alta en las diferentes comunidades autónomas donde se ha llevado a cabo. Entre
ellas destacan las obras de César Reglero, mailartista de Tarragona; del
sevillano Miguel Jiménez, del granadino Manuel Ruiz y del pontevedrés, Manuel
Xío.
El tema de esta I
Convocatoria Internacional de Mail Art ha sido la infancia, con
formato y técnica libres. Dentro de esta disciplina se aceptan materiales
reciclados, collages, acuarelas, óleos, etc. De esta forma, los participantes
en el certamen sólo han tenido que preocuparse de escribir la dirección de
destino, franquear el envío y dejar que CORREOS se encargue de su transporte
como parte integrante de su proceso artístico.
Implicar a la
sociedad
Además de su vertiente artística,
CORREOS ha querido dar también en la primera edición del certamen otra
dimensión no menos importante: promover la reflexión y la sensibilización de la
sociedad hacia la realidad de las personas con Trastorno del Espectro Autista.
En la organización del certamen
colaboran diversas entidades de apoyo a las personas con autismo, que han
participado creando las más de 500 tarjetas que se enviaron para invitar a los
artistas de todo el mundo a participar. Además, en cada una de las
oficinas de CORREOS por donde pasa la muestra, se están exponiendo las obras
creadas en los talleres de arte de las entidades de apoyo.
Éste es el caso de la
contribución que han hecho los chicos y chicas con autismo de Albacete,
Ciudad Real, Cuenca y Toledo, atendidos por la Federación de
Autismo de Castilla La Mancha, creando 22 obras excepcionales
que complementan la exposición de la capital de la región, bajo la atenta
mirada de los profesionales de cada uno de los centros provinciales
participantes de la Federación que han organizado los talleres
y de miembros del Equipo de Voluntariado de Correos que han colaborado con los
jóvenes artistas.
El mail art consiste en el intercambio de postales u obras en papel o
cartón o cualquier otro objeto a
través de los servicios postales. Esta
modalidad artística y literaria implica todo envío por correo postal donde
el soporte se tramita a través de la
oficina de Correos, buzón, ventanilla, normalizado o certificado. El soporte
más común suele ser la tarjeta postal
que se erigió como prototipo o estereotipo de este arte correo: así la
materia artística, en su más mínima
expresión, se adscribe al marco postal de la cartulina rectangular. Sin
embargo, los objetos que se intercambiaban
pueden ser muy variados: libros de artista, postales, sellos,
sobres, bolsas, etc.
Pioneros
del Mail Art
Cuenta la tradición de los mail artistas que el
norteamericano Ray Johnson fue su pionero con sus listas de artistas y sus
“moticos” en los años cincuenta y sesenta. El Mail Art ha disfrutado sus
infinitas variaciones, aunque para hallar las primeras correspondencias con
intendencias artísticas deberíamos remontarnos mucho más atrás. Muchos, como la
crítica de arte Pilar Parcerisas consideran que es descendiente directo del
Arte Conceptual, recordemos las postales de On Kawara. En la experimentación
vía postal también podemos encontrar ejemplos a principios del siglo veinte
entre los dadaístas, en la Bauhaus y, quizá también, en artistas futuristas
como Ivo Pannaggi o Giacomo Balla, quieres exploraron esta vía para realizar
tarjetas postales con una intención artística.
El fenómeno creció y creció durante los años sesenta
culminando en 1972 con el artículo publicado por Jerry Bowles en el número de
Marzo-Abril de Art in America que llevó por título Fuera de la galería, dentro
del apartado, en el que escribió: “En todas sus varias manifestaciones,
el nuevo movimiento podría ser llamado mejor arte “comunitario”, porque su
verdadero objetivo es proveer un sistema a través del cual los artistas
puedan comunicarse entre sí, aprender de intereses comunes, y promover el
desarrollo de ideas”. De esta manera marcó las bases sobre las que se ha
desarrollado el mail art y abriendo así una nueva etapa expansiva y abierta a
un mayor número de artistas y participantes.
Como explica José Ramón Alcalá, catedrático de
Procedimientos Gráficos de Expresión y Tecnologías de la Imagen y director de
las CAAC, estas “creaciones que de alguna manera también tendrán un
regreso. Esta práctica intoxicó a muchos movimientos; es decir, esta práctica
insufló ideas, innovación, insufló activismo a movimientos tan importantes de
la mitad del siglo XX, como fueron el Arte Conceptual o el Fluxus Happening, y
también a otras técnicas como el Copy Art o el Fax Art”.
El arte postal nunca dio el salto a las Galerías de
Arte, aunque como nos cuenta Ibirico, una de las figuras clave del Mail Art
español, “ha habido intentos. Galerías que han intentado vender Mail
Art. Nos hemos negado rotundamente y además lo hemos denunciado, porque es un
arte, digamos que tiene el valor, pero no un valor crediticio”.
En sus momentos más gloriosos, finales de los años
noventa del siglo veinte, eran múltiples las convocatorias a lo largo de todo
el planeta que reunían a miles de artivistas. Según César Reglero, “el
Mail Art es arte más democrático que existe Con un simple sello, tú participas
en la convocatoria, en una exposición, en un evento, en un experimento y sin
censura, sin jurado y sin selección. Todos pueden ser artistas. Son parámetros
que rompen con todo lo establecido”. No tardó en llegar a España, y sus huellas
se pueden seguir también asociadas a la poesía visual, a las performance de
Esther Ferrer, los conciertos del grupo ZAJ o las instalaciones de Valcárcel
Medina. Esta nueva manera de expresión artística cristalizó por primera vez en
la mítica exposición “Tramesa Postal” celebrada en 1973 en la Escuela de Diseño
EINA, que dió origen a los primeros grupos de mailartistas.
Arte
Postal en España
Aunque este arte nunca llegó a popularizarse en
España, ni siquiera cuando Yoko Ono lo puso de moda en todo el mundo enviando
postales con un agujero a todos sus amigos. No son muchos los nombres españoles
que podemos citar entre los grandes del mail art, pero sí lo suficientemente
interesante para sacudirles el polvo y rendirles el debido respeto. Peres
Sousa, editor de P.O. Box, que sigue en cierta manera viva a través de la web
de Merz Mail; Ibirico, padre espiritual de Asociación de Mail Artistas
Españoles, AMAE; el Poeta Visual Apropiacionista César Reglero; Francesc
Vidal, del colectivo SIEP o Salvador Benincasa, conocido como Valdor.
A pesar del fax primero y el email después, el Arte
Postal sigue siendo un arte activo aunque ha hundido sus raíces aún más en el
territorio underground, convirtiéndose casi en un símbolo de resistencia al
mundo deshumanizado y digital que se nos impone. Hay quien habla incluso de la
muerte del Mail Art. Con fina ironía, se puede participar hasta el 29 de junio
de 2019 en el enterramiento final del Mail Art. Ibirico (AMAE), César Reglero
(TDS) y Domingo Sánchez Blanco (MMM) han lanzado la convocatoria final para
participar en el Museo Mausoleo de Morille en Salamanca, donde se recibirán las
últimas piezas de Mail Art y se les rendirá el debido homenaje. Allí serán
enterradas en un objeto volante no identificado que llevará los anagramas de
oficinas postales posiblemente vinculados a otras galaxias.
Hace apenas unos meses, Reglero, Ibirico y Valdor,
tres de sus más grandes artivistas y coleccionistas, donaron sus respectivas
colecciones a las CAAC (Colecciones y Archivos de Arte Contemporáneo) de la
Universidad de Castilla-La Mancha que será la institución museística encargada
de clasificar y conservar el legado histórico de esa vanguardia artística.
Decenas de cajas conteniendo lo más relevante del Arte Postal español con más
de trescientos autores de todas las partes del mundo llegaron al Campus de
Cuenca. Más de cinco mil piezas que están esperando ser catalogadas guardan
turno en los estantes. Postales, sellos de artista, fanzines, libros postales,
catálogos y multitud de piezas de difícil clasificación constituyen la memoria
de un arte que nunca salió a la superficie pero que corría por sus venas. Un
movimiento que atraviesa todas las tendencias artísticas de los últimos
cincuenta años, empleando desde la fotocopiadora, como el collage, la pintura o
el dibujo. Arte político a veces, serio o irónico, dadaísta o futurista, con
marcado carácter punk o cercano al barroquismo y el horror vacui. Cada pieza es
una gota de esencia, un tesoro por descubrir.
La
Asociación de Mail Artistas Españoles (AMAE)
El propio Ibirico, poeta visual, nos cuenta cómo nació
la idea de la AMAE y su histórico fanzine. Fue “a raíz de estar aquí en
Cuenca, precisamente en un taller de electrografía con Rubén Tortosa y con José
Ramón; a partir de ahí me vino la idea de hacer un fanzine y de instituir la
asociación de mail-artistas españoles. Contacté con los más importantes y
empecé a editar un fanzine que fotocopiaba, pero que antes lo hacía
prácticamente artesanalmente, pegando, haciendo una especie de collage. Y a
partir de ahí, en ese fanzine se ponían todas las convocatorias, convocatorias
de lo más loco. Luego seguí haciendo Mail Art”.
Valdor descubrió el mundo del arte postal cuando
participó en una actividad organizada por Ibirico, aunque cree que su
caso “nací postalero sin saber que existía el arte postal. En Navidad
lo sigo haciendo todavía, envío unas 220 postales, todas trabajadas con una
base, pero cada una trabajada de manera diferente. ¿Por qué iba a comprar una
postal de estas prefabricadas, pudiendo hacerla original?”.
José Ramón Alcalá nos da una mala noticia sobre el
Mail Art, “en cuanto hay distancia suficiente para comprender, cuál fue
la aportación, se genera un relato y entonces existe la necesidad de que eso
sea contado e inventariado en la historia del arte. Entonces esa vanguardia ha
muerto. En cuanto el MIDE haga su trabajo, el Mail Art estará musealizado y por
tanto, muerto como vanguardia”.
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