viernes, 22 de noviembre de 2019

Historia y principios del Mail Art



El Mail Art o arte postal es una forma de expresión artística que consiste en la total libertad de intercambio de cualquier documento u objeto que pueda ser puesto en circulación a través de los servicios postales. El objetivo del Mail Art es la comunicación y lo que lo hace realmente sugerente es la libertad de maniobra sin precedentes en el mundo del arte. El mail-artista pone en circulación y acepta todo aquello que le pueda resultar adecuado, todo objeto susceptible de ser artístico.
El  Mail Art, o arte por correo, es una manifestación artística relativamente reciente y poco conocida. Aunque su historia contenga ya casi 50 años y tenga una presencia mundial (desde China a EE o Brasil y Argentina, pasando por Europa, Tailandia, etc.)

A finales de los años cincuenta, el artista Ray Johnson empezó a enviar a sus amigos y colegas una serie de misivas con la siguiente solicitud: "Completar y devolver, por favor". Esta correspondencia consistía en recortes de periódicos retocados, dibujos con instrucciones, postales o fragmentos de collages. Se iniciaba así lo que más tarde se daría a conocer como mail art o arte postal. Y con ello Ray Johnson creaba un sistema propio y alternativo para la difusión de su obra, que ponía en entredicho conceptos como el de institución museística y se oponía a la idea burguesa del arte como obra acabada, propiedad privada y valor comercial.

La red del arte postal se hizo popular durante los años sesenta y setenta, cuando los artistas Pop y Fluxus, quienes proclamaban la democratización del arte y rechazaban su manipulación por los círculos comerciales, se apropiaron de este vigoroso medio de comunicación y lo agotaron entre cientos de participantes de todo el mundo.


La intención de un verdadero artista postal es expresar sin obstáculos sus ideas por correo, jugar con el humor, la ironía y los caprichos del destino, en colaboración con el cartero que termina las piezas con su matasellos.


Su éxito consiste en la libertad de acción ya que se escapa de reglas, censura y de las limitaciones que impone el mercado, ya que el arte postal en general no se pone a la venta. Simplemente se trata de corresponder a quienes nos envían mensajes.

 Cualquier persona interesada puede lanzar una convocatoria; además no hay jurados, selección, censura, ni devolución de piezas; no se evalúan los logros técnicos, el estilo, las técnicas, formatos o materiales y tampoco se limita el género artístico, que puede ser musical, plástico, literario.

Cualquiera que sea su forma, lo esencial es cumplir con el deseo humano de la “eterna comunicación” a la que aspiran los iniciados de esta comunidad.
Hoy en día, aunque sigue siendo poco conocido, tiene cierta vigencia entre aquellos artistas que siguen estableciendo corrientes de comunicación lejos del arte oficial, en el que prima la libertad artística y en las que sobresalen convocatorias reivindicativas y relacionadas con los derechos humanos y la justicia social. Pero todo, con la ayuda de los servicios de correos, que incluso han organizado en los dos últimos años un par de convocatorias.


El hecho de que los artistas utilicen este medio de transporte condiciona las características del objeto a enviar convirtiendo al canal en parte integrante del proceso artístico.


Ambos aspectos, arte y comunicación, se funden en el envío postal y las compañías de correos se vuelven partícipes del proceso.


Para poner en valor las obras artísticas que circulan a través de la vía postal, el Grupo Correos se puso en marcha la I Convocatoria Internacional de Mail Art Grupo Correos, a la que se invitó a participar a todos los artistas que practican esta disciplina y a todos aquellos que quisieron incorporarse a la iniciativa y participar en esta forma de comunicación artística.


El llamamiento a la participación en esta I Convocatoria se realizó a través de obras artísticas creadas para la ocasión por personas con trastornos del espectro del autismo, miembros de la asociación ASPANAEScon el fin de ayudar a la reflexión e implicación de la sociedad con este colectivo.

Las obras  de convocatoria se enviaron a más de 500 artistas internacionales a los que se pidió su participación. Las respuestas recibidas se pueden ver en la galería de esta página web y en una Exposición que recorrerá las principales oficinas de Correos de toda España.

El “Mail Art” o arte postal es una forma de expresión artística que consiste en la total libertad de intercambio de cualquier documento u objeto artístico que pueda circular a través de los servicios postales y que tiene como único objetivo la comunicación. A través de este certamen, CORREOS pretende poner en valor las obras de arte postal y difundir en nuestro país esta corriente artística internacional nacida en los años 50 para establecer corrientes de comunicación alternativas a los circuitos oficiales de arte.
Reconocidos artistas
La exposición consta de 288 obras de diferentes mailartistas nacionales e internacionales procedentes de 28 países como Japón, Rusia, Estados Unidos, Brasil, Canadá o Australia. Entre ellas destacan las obras de reconocidos artistas como el japonés Ryosuke Cohen, creador del proyecto “Brain Cell”; el berlinés Eberhard Janke o la rusa Tatiana Makarova. Dentro del ámbito nacional, la participación también ha sido alta en las diferentes comunidades autónomas donde se ha llevado a cabo. Entre ellas destacan las obras de César Reglero, mailartista de Tarragona; del sevillano Miguel Jiménez, del granadino Manuel Ruiz y del pontevedrés, Manuel Xío.  
El tema de esta I Convocatoria Internacional de Mail Art ha sido la infancia, con formato y técnica libres. Dentro de esta disciplina se aceptan materiales reciclados, collages, acuarelas, óleos, etc. De esta forma, los participantes en el certamen sólo han tenido que preocuparse de escribir la dirección de destino, franquear el envío y dejar que CORREOS se encargue de su transporte como parte integrante de su proceso artístico.
Implicar a la sociedad
Además de su vertiente artística, CORREOS ha querido dar también en la primera edición del certamen otra dimensión no menos importante: promover la reflexión y la sensibilización de la sociedad hacia la realidad de las personas con Trastorno del Espectro Autista.
En la organización del certamen colaboran diversas entidades de apoyo a las personas con autismo, que han participado creando las más de 500 tarjetas que se enviaron para invitar a los artistas de todo el mundo a participar.  Además, en cada una de las oficinas de CORREOS por donde pasa la muestra, se están exponiendo las obras creadas en los talleres de arte de las entidades de apoyo.
Éste es el caso de la contribución que han hecho los chicos y chicas con autismo de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo, atendidos por la Federación de Autismo de Castilla La Mancha, creando 22 obras excepcionales que complementan la exposición de la capital de la región, bajo la atenta mirada de los profesionales de cada uno de los centros provinciales participantes  de la Federación que han organizado los talleres y de miembros del Equipo de Voluntariado de Correos que han colaborado con los jóvenes artistas. 


El mail art consiste en el intercambio de postales u obras en papel o cartón o cualquier otro objeto a

través de los servicios postales. Esta modalidad artística y literaria implica todo envío por correo postal donde
el soporte se tramita a través de la oficina de Correos, buzón, ventanilla, normalizado o certificado. El soporte
más común suele ser la tarjeta postal que se erigió como prototipo o estereotipo de este arte correo: así la
materia artística, en su más mínima expresión, se adscribe al marco postal de la cartulina rectangular. Sin
embargo, los objetos que se intercambiaban pueden ser muy variados: libros de artista, postales, sellos,
sobres, bolsas, etc.
Pioneros del Mail Art
Cuenta la tradición de los mail artistas que el norteamericano Ray Johnson fue su pionero con sus listas de artistas y sus “moticos” en los años cincuenta y sesenta. El Mail Art ha disfrutado sus infinitas variaciones, aunque para hallar las primeras correspondencias con intendencias artísticas deberíamos remontarnos mucho más atrás. Muchos, como la crítica de arte Pilar Parcerisas consideran que es descendiente directo del Arte Conceptual, recordemos las postales de On Kawara. En la experimentación vía postal también podemos encontrar ejemplos a principios del siglo veinte entre los dadaístas, en la Bauhaus y, quizá también, en artistas futuristas como Ivo Pannaggi o Giacomo Balla, quieres exploraron esta vía para realizar tarjetas postales con una intención artística.
El fenómeno creció y creció durante los años sesenta culminando en 1972 con el artículo publicado por Jerry Bowles en el número de Marzo-Abril de Art in America que llevó por título Fuera de la galería, dentro del apartado, en el que escribió: “En todas sus varias manifestaciones, el nuevo movimiento podría ser llamado mejor arte “comunitario”, porque su verdadero objetivo es proveer un sistema a  través del cual los artistas puedan comunicarse entre sí, aprender de intereses comunes, y promover el desarrollo de ideas”. De esta manera marcó las bases sobre las que se ha desarrollado el mail art y abriendo así una nueva etapa expansiva y abierta a un mayor número de artistas y participantes.
Como explica José Ramón Alcalá, catedrático de Procedimientos Gráficos de Expresión y Tecnologías de la Imagen y director de las CAAC, estas “creaciones que de alguna manera también tendrán un regreso. Esta práctica intoxicó a muchos movimientos; es decir, esta práctica insufló ideas, innovación, insufló activismo a movimientos tan importantes de la mitad del siglo XX, como fueron el Arte Conceptual o el Fluxus Happening, y también a otras técnicas como el Copy Art o el Fax Art”.
El arte postal nunca dio el salto a las Galerías de Arte, aunque como nos cuenta Ibirico, una de las figuras clave del Mail Art español, “ha habido intentos. Galerías que han intentado vender Mail Art. Nos hemos negado rotundamente y además lo hemos denunciado, porque es un arte, digamos que tiene el valor, pero no un valor crediticio”.
En sus momentos más gloriosos, finales de los años noventa del siglo veinte, eran múltiples las convocatorias a lo largo de todo el planeta que reunían a miles de artivistas. Según César Reglero, “el Mail Art es arte más democrático que existe Con un simple sello, tú participas en la convocatoria, en una exposición, en un evento, en un experimento y sin censura, sin jurado y sin selección. Todos pueden ser artistas. Son parámetros que rompen con todo lo establecido”. No tardó en llegar a España, y sus huellas se pueden seguir también asociadas a la poesía visual, a las performance de Esther Ferrer, los conciertos del grupo ZAJ o las instalaciones de Valcárcel Medina. Esta nueva manera de expresión artística cristalizó por primera vez en la mítica exposición “Tramesa Postal” celebrada en 1973 en la Escuela de Diseño EINA, que dió origen a los primeros grupos de mailartistas.
Arte Postal en España
Aunque este arte nunca llegó a popularizarse en España, ni siquiera cuando Yoko Ono lo puso de moda en todo el mundo enviando postales con un agujero a todos sus amigos. No son muchos los nombres españoles que podemos citar entre los grandes del mail art, pero sí lo suficientemente interesante para sacudirles el polvo y rendirles el debido respeto. Peres Sousa, editor de P.O. Box, que sigue en cierta manera viva a través de la web de Merz Mail; Ibirico, padre espiritual de Asociación de Mail Artistas Españoles, AMAE; el Poeta Visual Apropiacionista César Reglero;  Francesc Vidal, del colectivo SIEP o Salvador Benincasa, conocido como Valdor.
A pesar del fax primero y el email después, el Arte Postal sigue siendo un arte activo aunque ha hundido sus raíces aún más en el territorio underground, convirtiéndose casi en un símbolo de resistencia al mundo deshumanizado y digital que se nos impone. Hay quien habla incluso de la muerte del Mail Art. Con fina ironía, se puede participar hasta el 29 de junio de 2019 en el enterramiento final del Mail Art. Ibirico (AMAE), César Reglero (TDS) y Domingo Sánchez Blanco (MMM) han lanzado la convocatoria final para participar en el Museo Mausoleo de Morille en Salamanca, donde se recibirán las últimas piezas de Mail Art y se les rendirá el debido homenaje. Allí serán enterradas en un objeto volante no identificado que llevará los anagramas de oficinas postales posiblemente vinculados a otras galaxias.
Hace apenas unos meses, Reglero, Ibirico y Valdor, tres de sus más grandes artivistas y coleccionistas, donaron sus respectivas colecciones a las CAAC (Colecciones y Archivos de Arte Contemporáneo) de la Universidad de Castilla-La Mancha que será la institución museística encargada de clasificar y conservar el legado histórico de esa vanguardia artística. Decenas de cajas conteniendo lo más relevante del Arte Postal español con más de trescientos autores de todas las partes del mundo llegaron al Campus de Cuenca. Más de cinco mil piezas que están esperando ser catalogadas guardan turno en los estantes. Postales, sellos de artista, fanzines, libros postales, catálogos y multitud de piezas de difícil clasificación constituyen la memoria de un arte que nunca salió a la superficie pero que corría por sus venas. Un movimiento que atraviesa todas las tendencias artísticas de los últimos cincuenta años, empleando desde la fotocopiadora, como el collage, la pintura o el dibujo. Arte político a veces, serio o irónico, dadaísta o futurista, con marcado carácter punk o cercano al barroquismo y el horror vacui. Cada pieza es una gota de esencia, un tesoro por descubrir.
La Asociación de Mail Artistas Españoles (AMAE)
El propio Ibirico, poeta visual, nos cuenta cómo nació la idea de la AMAE y su histórico fanzine. Fue “a raíz de estar aquí en Cuenca, precisamente en un taller de electrografía con Rubén Tortosa y con José Ramón; a partir de ahí me vino la idea de hacer un fanzine y de instituir la asociación de mail-artistas españoles. Contacté con los más importantes y empecé a editar un fanzine que fotocopiaba, pero que antes lo hacía prácticamente artesanalmente, pegando, haciendo una especie de collage. Y a partir de ahí, en ese fanzine se ponían todas las convocatorias, convocatorias de lo más loco. Luego seguí haciendo Mail Art”.
Valdor descubrió el mundo del arte postal cuando participó en una actividad organizada por Ibirico, aunque cree que su caso “nací postalero sin saber que existía el arte postal. En Navidad lo sigo haciendo todavía, envío unas 220 postales, todas trabajadas con una base, pero cada una trabajada de manera diferente. ¿Por qué iba a comprar una postal de estas prefabricadas, pudiendo hacerla original?”.
José Ramón Alcalá nos da una mala noticia sobre el Mail Art, “en cuanto hay distancia suficiente para comprender, cuál fue la aportación, se genera un relato y entonces existe la necesidad de que eso sea contado e inventariado en la historia del arte. Entonces esa vanguardia ha muerto. En cuanto el MIDE haga su trabajo, el Mail Art estará musealizado y por tanto, muerto como vanguardia”.






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