Fluxus
(palabra latina que significa flujo) es un movimiento de las artes visuales pero
también de la música y la literatura. Tuvo su momento más activo entre la
década de los sesenta y los setenta del siglo XX. Se declaró contra el objeto
artístico tradicional como mercancía y se proclamó a sí mismo como el antiarte.
Fluxus fue informalmente organizado en 1962 por George Maciunas (1931-1978), al que se le atribuye el nombre del grupo. Él era un
diseñador y un emprendedor cultural. Utilizó el nombre para referirse al grupo
de artistas que querían separar el arte de la élite al llevarlo de manera
gratuita y burlesca al público general, como también para llamar a la serie de
performances o Happenings que dieron lugar al actual video performance, video
art, etc.
Surge
tanto en Estados Unidos como en Europa por el Dadá y la figura de John Cage. Quienes formaban parte de Fluxus no estaban atados por una misma
disciplina, sino por la idea de devolver al arte su contacto con lo humano, con
la vida. Opuesto
a la tradición artística este movimiento busca ante todo la fusión y la mezcla
de todas las prácticas artísticas.
Varios de los artistas que participaron
del movimiento Fluxus han sido pioneros en la utilización de video y los
aparatos de TV en sus obras, dando comienzo al video arte, los
videos objetos, las video performances, el happenig y
las instalaciones, entre ellos Joseph Beuys, Wolf Vostell, Nam June Paik y Yoko Ono. Fluxus es
considerado como un movimiento neo DADA.
Maciunas edita
una antología vanguardista elaborada por Young y proyecta una publicación que
refleja el estado de flujo en que se funden las artes. En 1962 Maciunas
organiza una gran “Gira Fluxus” que dura hasta 1964.
La efervescencia de Fluxus va acompañada de panfletos, sellos, carteles,
películas y cajas que se reeditan muchas veces. En Fluxus se mezcla la alta
cultura con la popular, el arte, el juego, lo insignificante y un inexistente
valor mercantil del producto o acciones realizadas.
La filosofía de Fluxus
es publicada por Maciunas en los manifiestos que él mismo redactaba a veces muy
en contra de lo que el resto de los integrantes pensaba. Las manifestaciones de
Fluxus encontraron influencias en los movimientos filosóficos como el
neo-dadaísmo, el anti-arteo el arte nihilista con motivo de romper esa barrera
artificial que se crea entre el artista y el espectador, entre la vida y el
arte. Fluxus fue pionero en considerar las cosas cotidianas de la vida como
arte. Como supuesto líder, George tenía discusiones absurdas con algunos
integrantes de Fluxus, llevándolo en ocasiones a expulsarlos, como fue el caso
de Dick Higgins, Alison Knowles y Nam June Paik.
Así como los
futuristas y los dadaístas antes de ellos, no estaban de acuerdo con la
autoridad de los museos para determinar el valor del arte ni creían que hubiera
una forma educada de entender una obra de arte. No sólo querían democratizar el
arte para las masas, pero también querían que todos produjeran arte todo el
tiempo.
En sus primeros años
Fluxus fusionó el arte conceptual, el minimalismo, la música, la poesía y el
trabajo basado en los sucesos aleatorios y fortuitos en un solo fenómeno
intermediático. Creaban eventos y obras sorprendentes valiéndose de un humor
dada y objetos de uso diario, heredados de las dos personalidades, Marcel
Duchamp y John Cage, que influenciaron profundamente el quehacer de todos los
artistas involucrados.
Fluxus no es pintura ni escultura, teatro, cine o música, pero impensable
sin la vanguardia musical y Cage. Es la confluencia de esos medios, fue la
primera forma de arte desde el Dadaísmo en apostar por la fusión de géneros.
Sus artistas procedían sobre todo de la vanguardia musical y literaria
(Maciunas, Benjamin Patterson, Yoko Ono, Robert Filliou…).
En realidad, más que de un movimiento, deberíamos hablar de un fenómeno
singular por su carácter internacional. Sus acciones acústicas y visuales
sencillas, llamadas actos o actividades, se realizaban con o sin artista, y
ante un público participante o no.
Fluxus se servía de objetos insólitos, como los juegos Flux-Kits:
maletas con sellos, pancartas, libros…Ejerció una influencia decisiva en la
performance, el videoarte y en obras de Sigmar Polke o Trockel.
En los conciertos, por ejemplo, plasmaban esta idea de transformar las
cosas de la vida cotidiana en un producto del arte. No resultaban precisamente
un placer auditivo; su objetivo era generar una experiencia musical en la que
cualquier objetivo se podría convertir en instrumento.
La idea era ampliar el concepto de creación, extender los
horizontes de la creatividad y no encasillar nada. Peter Kloser, "Fluxus
nunca se presentó como un grupo que iba en contra de algo o político. Más bien
buscaban ampliar el sentido de las cosas formando un enorme campo de
experimentación. Lo que no significó que en su momento fue un escándalo para el
público. La gente pensaba que estaban locos". Kloser destaca de esta
corriente artística que "fue un movimiento que creó un puente entre varias
expresiones artísticas como, por ejemplo, el dibujo, la música, escultura,
etc." Los actos de esta corriente artística nunca se sabía cómo iban a
terminar, eran irrepetibles y únicos.
Si Fluxus se asocia a movilidad, cambio y a que todas las
obras son únicas e irrepetibles, ¿cómo es posible montar una exposición de este
movimiento? Las obras que se podrán apreciar en esta muestra no son cosas
estáticas como un paisaje pintado, por ejemplo. Son más bien proposiciones que
generan alguna reacción en el público. La idea es que el espectador siga
desarrollando la obra con su pensamiento. Fluxus no deja el espectador pasivo
si no que lo obliga a ser activo. Además sí hay algunas obras que son
interactivas.
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