lunes, 9 de diciembre de 2019

Impresionismo y búsqueda del color-luz

UNA NUEVA MIRADA

Artistas como Monet, Renoir, Berthe Morisot, Guillaumin, Degas, Sisley o Pissarro, entre muchos otros, compartían valores y principios plásticos comunes. Para empezar, proponían un arte ciudadano por excelencia.
Mientras la industrialización avanzaba y las ciudades europeas se modernizaban, los jueces del Salón Oficial de París seguían apegados a los temas premodernos: paisajes pastoriles, el mundo vegetal, las grandes mitologías históricas, etc.
Los impresionistas, en cambio, reconocieron la ciudad moderna como paisaje, porque entendieron que los cambios históricos afectaban también la función del arte.
Por ejemplo, si antes la gente debía tener mucho dinero y tiempo para encargar un retrato, ahora, con la invención de la fotografía, eso era posible en cuestión de minutos y a un costo muy bajo, con la ventaja de que la imagen se podía reproducir.
Estos artistas inconformes se preguntaban: ¿seguirá siendo viable un arte que apenas “documente” el mundo de las ideas antiguas y cuyo lenguaje no evolucione? ¿Será útil un arte que se limite a retratar la naturaleza a la perfección? ¡Para retratar está la fotografía! ¡Claro que el arte podrá hacer mucho más que esto! Es cuestión de perspectiva, dirán.
Primero, los impresionistas aprovecharon a su favor el hecho de que la fotografía era en blanco y negro. Luego, algunos avances industriales facilitaron ciertas transformaciones en los modos de producción del arte. Por ejemplo, gracias a la industrialización, los artistas podían tener pinturas al óleo en tubos, lo que les permitía salir a pintar al aire libre sin temor a que la pintura se secara.
Al trabajar tranquilamente al aire libre, ambicionaron representar fenómenos lumínicos hermosos, pero instantáneos, que requerían velocidad para atraparlos en el lienzo: una puesta de sol, el reflejo de la luz sobre las aguas, el modo en que la iluminación cambia el color de las cosas, etc.
Así, comenzaron a desarrollar una técnica nueva que se convertiría en una auténtica escuela pictórica, centrada en la luz y el color. Veamos cuáles son estas técnicas y características que definieron al impresionismo.
El Museo Thyssen y la Fundación Mapfre nos ofrecen una doble retrospectiva con casi 200 obras impresionistas.
Los impresionistas eligieron la pintura al aire libre, plein air, y los temas de la vida cotidiana. Sus pinturas pretendían captar el mundo de forma directa, espontánea, el instante de lo que veían y, para ello, se centraron en uno de los elementos característicos que aparece en todas sus obras: la luz. Esa luz que tiende a difuminar los contornos y refleja los colores de los objetos circundantes en las zonas de penumbra.
El Museo Thyssen-Bornemisza presenta la exposición Impresionismo y aire libre. De Corot a Van Gogh’. Una muestra que recoge alrededor de 100 obras en un marco cronológico que abarca desde 1780 hasta 1900, aproximadamente. Un período que comprende los inicios del paisaje al aire libre con artistas como Pierre-Henri de Valenciennes y Thomas Jones, a artistas como TurnerConstableCorotRousseauCourbetDaubigny y todos los grandes maestros del impresionismo, hasta llegar al cambio de siglo con Van Gogh o Cézanne, entre otros muchos.
Por su parte, la Fundación Mapfre completa esta retrospectiva con ‘Impresionistas y postimpresionistas. El nacimiento del arte moderno. Obras maestras del Musée d’Orsay’. Un recorrido por las diversas corrientes que enlazaron con las vanguardias del siglo XX. Paul Gauguin, Paul CézanneVan Gogh y Toulouse-Lautrec son algunos de los que, partiendo del impresionismo, recuperaron la importancia del dibujo y la preocupación de captar no sólo la luz sino también la expresividad de las cosas y de las personas iluminadas. Es el postimpresionismo.
El interés por la construcción de la forma, el dibujo y la expresividad de los objetos y personas. La concepción del cuadro a base de cuerpos rigurosamente geométricos (Cézanne). Contraste de colores para definir y distender los planos y las formas. La utilización de colores puros con gran carga emotiva (Toulouse-Lautrec) y modulados (Gauguin). Interés por lo exótico (Gauguin) y los bajos fondos (Toulouse-Lautrec). Creaciones imaginativas a base de pinceladas cursivas que tratan de expresar el desconsuelo y la angustia interior (Toulouse-Lautrec)… Son algunas de las características del postimpresionismo con los autores que mejor las representaban.
La exposición dedica un lugar especial a Cézanne como nexo de unión entre el impresionismo y el postimpresionismo. Siempre se interesó por el sentido constructivo que imponía la propia naturaleza y por la necesaria construcción de esa mirada sobre los objetos que se propusiera pintar. ‘La señora Cézanne’, dos impresionantes bodegones –Bodegón con cebollas y Manzanas y naranjas– o varias obras de paisajes provenzales son muestras de los diferentes aspectos de su composición, que abre camino al cubismo, convirtiéndose así en el padre de las primeras vanguardias.
Por su parte, Toulouse-Lautrec nos refleja el ambiente de los salones nocturnos: bailarinas, cantantes y prostitutas son sus modelos (La payasa Cha-U-Kao, 1895). En su técnica, el dibujo, la captación del movimiento y la carga irónica y caricaturesca son esenciales. Fue el impulsor del cartel.
Dos exposiciones que introducen al visitante en el mundo de la luz, el color y las formas de las obras de los artistas más representativos del impresionismo y el postimpresionismo. La mejor manera de conocer a estos legendarios autores, a través de sus obras.

Luz como interés fundamental

Pissarro Serie Montartre
Camille Pissarro. Serie Boulevard de Montmartre. 1897.
Izq.: Día de primavera. Cen.: Mañana de invierno. Der.: Noche.
Los impresionistas establecieron como punto fundamental el estudio de la luz a través de la técnica pictórica. Ellos comprendieron que los colores no eran una propiedad de los objetos, sino el resultado de la refracción de la luz sobre la materia.
Hasta el momento, la luz había sido estudiada en el arte como símbolo de la divinidad o conocimiento (arte gótico), o como elemento plástico para lograr volúmenes definidos y representaciones naturalistas y verosímiles (Renacimiento, clasicismo).
Los impresionistas hacen de la luz en sí misma el centro de interés y, por tanto, se abocan a la representación de sus efectos. Es decir, estudian la luz como fenómeno: su comportamiento, su evolución en el instante, el modo en que interactúa con los objetos. Así, todas las técnicas y características que desarrollaron se desprenden este fundamento. Quedará en evidencia en los siguientes puntos.

IMPRESIONISMO EN OTRAS DISCIPLINAS 

Escultura

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“El Pensador” Rodín (1881-1882)
Augusto Rodín es uno de las mayores figuras representativas de la escultura impresionista. A través de juegos de luces y de la representación del movimiento en instantes fugaces, el impresionismo  en la escultura nos ofrece obras como “El beso” o “El Pensador” en las que vemos la influencia de Miguel Ángel  a través de la rugosidad y los efectos lumínicos de las superficies.
Aunque el arte del Impresionismo es principalmente pictórico, en sus últimas décadas influye también en disciplinas como la música o la literatura, naciendo así movimientos como el Impresionismo Musical, la Arquitectura Impresionista o el Impresionismo Literario.


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